Isla "Humo"
Glorias que se desvanecen
Comunicado 7 para el "Explorador 20"

¿Qué tal estás? Imagino que feliz de haber vencido a una de las tentaciones más extendidas y de desear bendecir a los demás y dejar de lado la tendencia a la maldición, es decir, a decir mal de otros, de Dios, del mundo en el que estamos. Sí, en el mundo hay cosas horribles... pero la belleza, la bondad y la verdad siempre empapan y resucitan todo.
Según te vayas acercando a la próxima isla podrás vislumbrar una montaña de la que sale un humo blanco que hace unos años asustaba mucho a la población. Este rasgo confiere a la isla una imagen majestuosa, casi sagrada. Sin embargo, los científicos concluyeron con el tiempo que esta montaña no se trataba de un volcán amenazante, sino simples aguas térmicas, siendo el humo misterioso simple vapor de agua. En definitiva, "mucho ruido y pocas nueces"

Este hecho nos recuerda la tendencia que tenemos, en ocasiones, a aparentar, a llegar a ser conocidos, "populares", salir en los medios de comunicación y redes sociales, a ser designados para algún alto cargo en nuestras instituciones... aunque el cargo sea "guardián de la llave del cajón tercero de la sacristía de la ermita de Santa Brígida en el pueblo de Villarriba de abajo". Al final, buscamos "gloria", pero es que ese renombre no deja de ser "vanidad de vanidades". Y de ahí, la tentación de la vanagloria
Por otro lado, te cuento que el Papa Francisco nos dio un día una charla muy acertada en la que nos decía que tuviéramos cuidado con la tentación de la vanagloria: "Como si fuéramos el Pueblo de Dios por iniciativa propia o gracias a nosotros mismos. Esta reflexión nuestra es muy fea y siempre nos hará daño, ya sea la autosuficiencia en el hacer o el pecado del espejo, la autosatisfacción: Qué bello soy, qué bueno soy...".

Así es. A veces podemos estar mirando a los demás por encima del hombro o sacando pecho, creyendo que nuestra pertenencia a la Iglesia y el servicio de evangelización es puro mérito nuestro. Más aún, casi quitamos a los santos de las iglesias y los desearíamos cambiar por una talla o escultura nuestra.
Y si esto pasa en las comunidades cristianas, ¿qué no pasará en las municipalidades, asociaciones, equipos de trabajo...? Pero la mayor desgracia es que cuanto más luchamos por tener una imagen excelente, más tiempo, energía y dinero gastamos por mantenerla... Total, nos desvivimos por una imagen que no somos nosotros. ¿Acaso no es esto "vender el alma al diablo"?
¡Qué bien se vive cuando uno tan solo intenta ser la mejor versión de sí mismo sin convertirse en una vidriera pública! No nos vendamos al mejor postor. No nos prostituyamos... Y esa es la misión en el día de hoy: evitar que las acciones que realices hoy estén motivadas por tu deseo de construirte una imagen pública. Mucho ánimo y ¡EUNTES! Antonio Explorer

Reflexión

Fernando Arriero nos introduce en las causas y peligros de la vanagloria. Cuando uno construye un castillo bello sobre arena, simplemente puede desmoronarse como un castillo de naipes.
Propuesta orante
Paso 1. Buscamos un lugar tranquilo e intentamos serenarnos... respiramos hondo para poder sentir nuestra respiración... y hacernos conscientes de la Presencia de Dios en nuestra vida, aquí y ahora.
Paso 2. Lectura del libro del Eclesiastés (3, 1-13)


Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:
Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar;
tiempo de destruir, tiempo de construir;
tiempo de llorar, tiempo de reír,
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar;
tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas;
tiempo de abrazar,
tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder;
tiempo de guardar, tiempo de arrojar;
tiempo de rasgar, tiempo de coser;
tiempo de callar, tiempo de hablar;
tiempo de amar, tiempo de odiar;
tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas?
Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo, pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin. Y así he comprendido que el único bien del hombre es disfrutar y pasarlo bien en la vida. Pero que el hombre coma, beba y se regale en medio de sus fatigas es don de Dios.
Paso 3. Reflexión.
Este texto nos invita a vivir intensamente disfrutando de los dones que Dios nos ha dado, pero, además, nos propone reflexionar sobre el tiempo que estamos viviendo personalmente. ¿Es tiempo de crecer? ¿De reír? ¿De llorar? ¿De conocerme? ¿De plantar? ¿De arrancar? Identifica tres verbos que describan tu tiempo actual y ponlos en el pódium de tu vida.

Paso 4. Canción final basado en el texto de Eclesiastés. Elige una de ellas y presenta a Dios tus tres verbos:
Estilo flamenco (Alabastro) - Pop (180 grados) - Folklórica- Perú (Canto Fortaleza):
Canción para seguir orando
