4ª Carta pastoral - CANTOS

    Partiremos tu pan, signo de comunión; beberemos tu vino de amor;
 y a la vez sellarás con nosotros, Señor una Alianza que viene de Dios.
    Nos amaste, Señor, como nadie jamás nos da fuerza tu fidelidad.
En la mesa de Dios hoy nos transformarás en fermento de comunidad. 

     Somos Cuerpo de Cristo, Iglesia que comparte y que alimenta al mundo tan dolido de hambre
Venimos a cantar en la fracción del pan que nuestro amor es el Dios hecho carne
     Somos Templo sagrado del Espíritu Santo como un hogar que acoge alegría y dolor
venimos a cantar en la fracción del pan que nuestra fuerza es Dios Consolador. 

Sos el camino para andar, sos fuerza y sos confianza.
No aflojar, seguirte hasta el final, tu cruz abrazar esperando contra toda esperanza.
Esperar también es transformar un sueño en realidad. Esperando contra toda esperanza 

Si el mundo se ve apagado y se siente abandonado, es porque allí en el fondo reclama la esperanza, Jesús Resucitado que nos viene a cobijar para volver a empezar. 

    Volveremos a nacer de las cenizas, plantaremos la flor donde no hay nada,
hablaremos de amor donde haya odio y, algún día, algún día, moveremos las montañas.
   Porque somos partidarios de la vida y llevamos en el pecho la esperanza,
porque somos caminantes en la noche de los tiempos, y en la noche previvimos la mañana.   
          Construiremos la paz sobre la guerra, llenaremos las casas de alegría,
llamaremos hermano a cada hombre y será entonces que los hombres serán una familia. 

Llevamos este tesoro, en vasijas de barro, es un mensaje del cielo, y nadie podrá callarnos. 
Y proclamamos, un nuevo día, porque la muerte, ha sido vencida. Y anunciamos esta buena noticia, está entre nosotros, el Dios de la vida. 

Sembradores del desierto, buenas nuevas anunciamos, extranjeros en el mundo, que no entiende nuestro canto. Y aunque a veces nos cansamos, nunca nos desalentamos, porque somos peregrinos, y es el amor nuestro camino. Y renunciamos, a la mentira, vamos trabajando por la justicia. Y rechazamos, toda idolatría, sólo creemos en el Dios de la Vida. 

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