Isla "Blabla": De lo que rebosa el corazón habla la boca
Querid@ explorador/a: ¿Cómo estás? Es complicada la tentación del poder, ¿verdad? Y es que gracias al poder es posible llevar a cabo preciosos proyectos, pero el poder es como la miel: dulce y pegajosa. Es decir, que cuando es necesario dejar ciertas responsabilidades en las que se dan órdenes para pasar a un puesto en el que se trata de asumir órdenes ajenas... ¡uff! ¡Cómo cuesta!trata
En ese momento nos salen muchos demonios y empezamos a poner en marcha la lengua viperina y empezamos a criticar a nuestros jefes: que si arrogantes, insensibles, fríos, calculadores, intolerantes... Y ya si te toca un jefe que no trabaja pero le encanta salir en las fotos y hablar, hablar, hablar... para no decir nada, la sangre te empieza a hervir.
Y en este último aspecto es el que nos centramos en la isla de hoy. Se denomina blablablá porque es lo que se escucha al acercarse a la costa de esta isla. Hallarás persona que no paran de hablar, que no saben lo que es el silencio, que no se respetan el turno, que esperan a que el otro respire para poder meter la propia aportación. Además, es la isla que más dinero gasta en publicidad, en cada rincón hay estrados a los que sube la gente y desde el atril propone sus ideas, hay campañas electorales todos los días, hay comentaristas de todo... y todo el mundo parece saber de todo porque de todo hablan.
¿Y en las iglesias de esta isla? Pues por el estilo. Homilías largas que nunca aterrizan en nada, catequesis de temas que a ningún niño ni joven le interesa (de hecho, es sorprendente cómo el 90% de los jóvenes que se confirman en esta isla, dejan la Iglesia casi al instante), cursos de liturgia, biblia, sacramentos, pastoral... casi de todo, ofrecidos de tal manera que uno siente que le están vendiendo humo pero que no les transforma por dentro. De hecho, todas las iglesias veneran de manera especial a San Blas por ser el santo que sana los males de la garganta. Y es que lo peor que te puede ocurrir en esta isla es quedar impedido para hablar.
Tu misión en esta isla es permanecer un día sin hacer trampas. ¿Y qué hacer en ese día? Permanecer en silencio con el fin de dar testimonio de que es posible la escucha y permanecer receptivo. Incluso, podrías intentar hacer alguna pregunta para llevar la conversación a un nivel de comunicación más hondo. Y es que tanta palabra lleva a los habitantes de esta isla a quedarse en la superficie del corazón.
Ojalá te vaya muy bien. Un abrazo, mucho ánimo y... Euntes Antonio Explorer
Reflexión
El P. Jonny nos ofrece una reflexión interesante sobre la necesidad de que la palabra surja del corazón para no quedarnos en la superficie ni en la esterilidad.
Propuesta orante
Paso 1.Busca un lugar tranquilo y si puedes encender una vela cerca de ti, mucho mejor.
Paso 2. Lee despacio este texto (Lc 6, 39-45) y hallarás preciosas enseñanzas, especialmente nos interesa el último verso. ¿Se cumple en ti eso de que "de lo que rebosa el corazón, habla la boca"?
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. Pues no hay árbol sano que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa del corazón habla la boca»
Paso 3. Valora del 0 al 10 en cada uno de los ítems, de qué sueles hablar con tus familiares y amigos:
a) Asuntos del trabajo: ___
b) Vacaciones, viajes: ___
c) Compras: ___
d) Asuntos familiares: ___
e) Salud: ___
f) Fe, espiritualidad, religión: ___
g) Política: ___
h) Deporte: ___
i) Gente famosa: ___
j) Programas de TV, vídeos de redes sociales...: ___
k) Dinero, rentabilidad: ___
Paso 4. Canción final (Tu Palabra)
Carta de un joven de 20 años
¡Hola Jesús!
Señor, ya me conoces de sobra. Soy un joven que vive en este mundo dominado por su alta tecnología de precisión. Las palabras que lanzan los distintos medios de comunicación inundan de mentiras tu universo. Estamos viviendo la época de la palabra oral e icónica más que la escrita, que también se da, por supuesto.
Mi mundo joven está harto de palabras sin sentido, palabras soeces, bajunas, palabras halagadoras y mentirosas como la hiel. En mi mismo grupo se estila mucho y hasta está de moda el cumplido, el disimulo, el quedar bien ante todos. La apariencia es el bien supremo.
Pienso en tus palabras del salmo y me quedo anonadado: "La lengua es nuestra fuerza, nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro dueño?"
Los jóvenes con los que salgo, en pandilla, se ufanan por hablar mucho. El silencio les quema por dentro. Cuando hay algunos instantes de silencio, en seguida sacan sus auriculares para oír música. No aguantan unos momentos en silencio. No lo soportan. Si están en casa, en lugar de hablar con la familia y hacer tertulias familiares, cada uno va viendo la TV mientras come. Al terminar, todos se van a ver la televisión, la dueña y la educadora de casa. De tonta no tiene nada. Fíjate que ocupa el centro de la sala de estar, lugar de preferencia.
Y si la TV es un tostón, se conecta la radio y los 40 principales para aplacar el silencio molesto. No saben en qué pensar. Las emisoras de radio, por otra parte, son llamaradas de palabras sin sentido muchas veces. Me revientan, Señor, los labios embusteros, egoístas y altaneros.
En este mundo singular y pletórico de ruidos y de palabras no sé qué hacer. Estoy habituado a tu Palabra eterna, a tu Palabra de vida, a tu Palabra que encierra verdades entrañables. Y, cuando me encuentro ante situaciones como la actual, me siento mal.
Es entonces, Señor, cuando cierro mis labios y mis oídos para no escuchar palabras que ofenden la modestia de la joven bella y elegante del baile, la que va por la calle ondeando al viento sus cabellos sueltos y sus atributos- obra tuya- con toda finura. Bueno, Señor, la verdad es que también las hay que, en lugar de enseñorearse con sus cualidades femeninas, provocan al joven o viceversa.
Estoy harto y cansado de tanta palabra vacía. Me encantan tus palabras, Señor, porque crean vida nueva en mi ser. Tus palabras se encarnan dentro de mí y me hacen pensar, meditar y sentirme como flotando por este ambiente tan hostil y mentiroso.
"Tus palabras son auténticas...refinadas siete veces".
Ante ellas me detengo cada día al comenzar la jornada, cuando participo de tu Eucaristía, la gran parábola de unidad entre los creyentes católicos.
El otro día me dijeron palabras lisonjeras para llevarme a una fiesta. Prontamente capté la intención de mi interlocutor. Sin mediar rodeos, le dije: No cuentes conmigo. No iré a ese sitio de falsedad e hipocresía. Mi buque insignia es la autenticidad, contraria, por otra parte, a tu modo de pensar y de vivir. Déjame tranquilo, por favor. ¡Hay tantas cosas buenas que hacer en la vida ¡No pienso perder el tiempo en tontadas.
Viendo mi actitud valiente y humanamente coherente, me dejó en paz.
Gracias, Señor, por tus Palabras que tienen valor y dimensión hasta la misma vida eterna. Ya sabes que no soy ni mejor ni peor que ellos o ellas. Pero no aguanto la palabrería y la mentira dichas con tanta facilidad e hipocresía.
Un abrazo fuerte. David, 20 años