Etapa 15: Isla “YinYang”

21.03.2021

 ¿Corazón o razón? o ¿Corazón y razón?

Querido/a explorador/a: A veces corazón y razón no se ponen de acuerdo.

Y esto justamente es lo que vas a vivir en la isla próxima: Yin Yang. Se trata de una isla dividida en dos partes claramente diferenciadas. En una de ellas viven las personas que todo lo interpretan bajo el prisma de la razón, la lógica, las leyes, la objetividad, el pensamiento... En la otra parte, sin embargo, viven las personas exclusivamente emocionales para quienes la verdad depende de los sentimientos y emociones. Las lágrimas, las risas, la aventura, lo irracional, la adrenalina... son claves de comprensión de la realidad para ellos.

En definitiva, nos encontramos en una isla con una doble tentación: caer en el sentimentalismo extremo o resguardarnos en el racionalismo absoluto. Dos opciones que se autoexcluyen en esta isla como si fuera imposible una complementariedad.

También en nuestra Iglesia podemos identificar estas dos corrientes con la asignatura pendiente de encontrarse y enriquecerse mutuamente. Grupos eclesiales ansiosos por tenerlo todo clarísimo, donde la liturgia es inamovible, donde las normas morales son nítidas y los pecados están ya estandarizados, donde se anhela un único pensamiento teológico que debe ser el del Magisterio, donde la celebración festiva da miedo y la expresión emocional en los rostros está casi prohibida. Pero otros grupos eclesiales abogan por el "todo fluye", lo importante es sentirse a gusto, la moral es la de cada uno y según sus apetencias, donde toda orientación se siente como fiscalización, donde la estructura y la dimensión institucional son demonizadas.

Aun así, es cierto que cada vez son más los grupos y las personas que van tomando consciencia de la necesidad de contar con la luz de la razón y la intuición del corazón. De hecho, para vencer esta tentación y superar esta isla tendrás que afinar, sintonizar, equilibrar, armonizar, articular... tu corazón y tu razón. Pues ambas son valiosas y en la complementariedad estará la magia de comprender la realidad y la vida de una manera más completa.

Mucho ánimo y... Euntes - Antonio Explorer

Propuesta orante

Paso 1.Busca un lugar tranquilo y si puedes encender una vela cerca de ti, mucho mejor.

Paso 2. Lectura orante del diario de Etty Hillesum, joven judía asesinada en Auschwitz que dejó unos diarios espirituales aún no muy conocidos y que son simplemente impresionantes. En un momento tan crítico como la Segunda Guerra Mundial y dentro de un campo de concentración, ella se dio cuenta de que era necesario pensar y sentir lo que se estaba viviendo en ese momento para que las millones de muertes no fueran en vano, sino que, al menos, la humanidad no volviera a caer en el mismo abismo del genocidio.

Ciertamente, es nuestro exterminio total, pero soportémoslo con gracia.

No llevo un poeta en mi interior, pero sí un trozo de Dios que podría convertirse en poeta. En un campo de concen­tración como ese se necesita un poeta que sienta la vida allí, también allí, como poeta y sea capaz de cantarla.

Por las noches, cuando yacía en mi catre, entre muje­res y niñas que roncaban suavemente, que soñaban en voz alta, que lloraban en silencio y se removían en las camas, que de día decían a menudo: "no queremos pensar", "no queremos sentir, de lo contrario nos volveremos locas", a veces sentía una infinita ternura y permanecía despierta y dejaba pasar de largo los sucesos, las impresiones del largo día que eran demasiadas, y pensaba: "Déjame ser el corazón pensante de este barracón". Quiero volver a ser­lo. Querría ser el corazón pensante de todo un campo de concentración. Ahora permanezco aquí tumbada, paciente y calmada, me siento mucho mejor, no de manera forzada, sino realmente mejor, leo las cartas de Rilke, Über Gott ("Acerca de Dios"), cada una de sus palabras tiene signi­ficado para mí, podría haberlas escrito yo, si las hubiera escrito, lo habría hecho así y no de otra manera.

Ahora vuelvo a sentir la fuerza para ir, ya no pienso en planes ni en riesgos, lo que tenga que ser, será, estará bien así.

"Tal vez Cristo tuviera razón cuando, en un tiempo lle­no de dioses rancios y acabados, solo hablaba en contra de las cosas terrenales, a pesar de que (no puedo pensar de otro modo) sea una afrenta a Dios no apreciar el tesoro que se nos ha concedido y que, si solo lo usamos correctamente, nos puede colmar de felicidad. Lo importante es que lo usemos bien. Tomar en nuestras manos lo que haya aquí, con dulzura, amor y asombro, como algo nuestro, aunque solo temporalmente: estas son también, por decir­lo lisa y llanamente, las instrucciones de Dios, las que san Francisco de Asís anotó en su cántico al sol, que mientras moría le parecía más maravilloso que la cruz, pues al fin y al cabo, esta se alzaba solo para señalar al sol" (3 de octubre de 1942).

Lectura Espiritual: charla entre la razón y el corazón (Gabriela Mistral)

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?

Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte...

Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, porque la RAZÓN piensa: ¡Otra vez no!

¿O acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿o no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?, ¿quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estás de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos?

Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña... ¡Piensa! ¡no te equivoques!

Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿crees que vale la pena? Haz lo que te digo, no existen los amores eternos y, seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar". Y se hace un silencio eterno... El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:

"No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas: no es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama, pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado, pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor... Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir... Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno... la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN. Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma. Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente... le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama... lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida... Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA".

Se hizo el silencio... y, sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto... y fue tras el amor...

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