Carta de tu amigo Simón, el Cireneo

Mi querido amigo, buscador, ayudante, peregrino... pero, sobre todo, amigo:

Hoy vas a tener que ir al lugar donde terminaste ayer de buscar. A la iglesia del Santo Sepulcro. Me parece que es la iglesia más visitada del mundo, donde más gente va. No te extrañe, en ese lugar hay zonas muy importantes.

Te habrás fijado estos días que en todo Jerusalén hay muchísimos carteles que van indicando el camino hacia la iglesia. No hay pérdida.

Cuando entres en la iglesia no te pares en la piedra de la unción que se encuentra frente a la puerta. Gira a la derecha y sube por la escalera que te encontrarás. ¿Habías estado alguna vez en una iglesia donde hay una escalera que te sube a un monte? Esta sí, pues te sube al monte del Gólgota, al monte donde fue crucificado Jesús aquel viernes de hace casi 2000 años. Y te pido que subas al monte. Apenas son unos escalones de nada. Es un monte pequeño.

Allí subí y saqué el sello de mi álbum. Aquel viernes llegué cargando con la cruz hasta allí y la dejé en el suelo. Ya no me fui a casa, me quedé en primera fila viendo lo que no quería que ocurriera, pero tenía que ocurrir. Allí Jesús fue clavado en esa cruz que llevé. Y de nuevo no dijo nada. Le vi sonreír y mirar al cielo, hacia Dios Padre, y perdonó a quienes estaban causándole un dolor inmenso. De nuevo el Amor, y a todos nos llenó de paz.

Estaban María, su madre, y su amigo Juan. Estaban a los pies de Jesús y hablaron con Él. Yo no me atreví a acercarme por no recibir golpes de parte de los soldados, aunque me hubiera gustado estar junto a María y darle un abrazo muy grande. Te parecerá que fui cobarde, y es verdad. Aún no había descubierto del todo el cambio que estaba surgiendo en mi vida. Fue el domingo cuando lo descubrí todo, y ya sí que dejé la cobardía, el miedo.... Y comencé a ser feliz, muy feliz.

¡Ánimo amigo! Ya estás casi acabando, además se acerca la fiesta de la Pascua y hay que tener todos los sellos.

¿Qué se veía desde la cruz?

"Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho,le dijo a su madre: 
    -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo:
    -Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, aquel discípulo la recibió en su casa".

Varias son las personas que estaban en torno a la cruz en el momento de la Crucifixión, vamos a pensar en algunas de ellas:

- María, su madre; - Juan, el discípulo amado; - Los dos ladrones que estaban crucificados uno a su derecha y el otro a su izquierda; - El centurión que al morir Jesús dijo: "Verdaderamente este era hijo de Dios". - El pueblo reunido que había ido a ver qué pasaba... - 

Elegí a uno de esos personajes e identificate con él:

- ¿Cómo se sentiría? - ¿Cuál fue su actitud en ese momento? - ¿Cambiarías algo de su comportamiento?

María a los pies de la Cruz

Nos podemos imaginar lo que sufrió María siendo testigo de todo lo que vivió Jesús en su Pasión y Muerte. No lo dejó solo un momento, no le dejó de mirar, aun cuando lo que veía no le gustaba nada: su hijo sufriendo, débil, maltratado sin motivo...

Pidámosle a María, nuestra Buena Madre, que no nos deje nunca de mirar, porque si los ojos de Jesús siempre están puestos en los de su madre, estando nosotros en los suyos, Jesús no dejará de mirarnos.

Se lo pedimos cantando: