Celebración EN CASA Vigilia de PENTECOSTÉS
Como sábados anteriores, rodeando el altarcito" familiar, nos preparamos para la celebración con el canto:
RECORDAMOS LO QUE SOMOS con el canto:
Todos unidos formando un solo cuerpo
Escuchamos la CATEQUESIS DEL P.JUSTINO en la grabación de la Misa celebrada en nuestro templo unos años atrás...
Cristo Resucitado nos da el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo cambió radicalmente a los apóstoles, desanimados
por la muerte de Jesús, y alentados cada vez más por su Resurrección.
Reciben, bajo la imagen de un VIENTO (SOPLO) FUERTE, al Espíritu de Vida, el que ya estaba presente en los albores de la creación:
"El Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas" (Génesis 1,2). Y al formar al primer hombre Dios "sopló en sus narices aliento de vida, y lo hizo un ser viviente", (Génesis 2,7).
Ahora se habla de un viento (soplo) fuerte:
El Espíritu de Jesús da la Vida en abundancia, da fuerza y coraje.
Infunde Vida nueva: "El que está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado; existe algo nuevo" (2 Cor. 5,17).
¿Creemos de verdad en el Espíritu de Jesús, que debe "renovar la faz de la tierra"?. ¿O en la práctica, confiamos más en el mundo viejo, acostumbrado y acomodado en el "Eso será siempre así"?
También nosotros, reunidos aquí en oración como aquellos primeros apóstoles... invocamos el don del Espíritu...




• La imagen de las LENGUAS nos hace pensar en el episodio bíblico de la torre de Babel (Génesis 11).
Los que "formaban un mismo pueblo y hablaban una misma lengua" perdieron la unidad por el orgullo de querer construir un mundo sin Dios.
"Se confundió su lenguaje" y "se dispersaron sobre la superficie de la tierra".
Ahora el Espíritu vuelve a reunir a los hombres dispersos entre todas las naciones, en una sola Familia de Dios: la Iglesia. Y les enseña a hablar un lenguaje común que todos entienden y a todos une: el amor servicial, el amor cristiano.
Vivir unidos es amarnos unos a otros conviviendo fraternalmente.
Es orar juntos, ser solidarios, ser comprensivos con las debilidades
de los demás. Es estar dispuestos a compartir penas y alegrías.
El Espíritu Santo quiere reunirnos en una comunidad fraternal y solidaria.
Si nos dejamos guiar por el Espíritu El nos capacita para construir una nueva civilización inspirada en los valores del Evangelio.
Esta es precisamente la tarea que tenemos los cristianos por delante.
Vivamos este Pentecostés con la plenitud con que lo vivieron los apóstoles, dejando que la paz del soplo (ruáj) de Dios se enseñoree en nuestros corazones.
Con los chicos...
Y para acompañarnos en estos días y fortalecer nuestra esperanza... canciones de los SALMOS por la Hna. GLENDA...