Isla "La Pobre": El victimismo como vampiro masoquista

27.03.2021

Querid@ explorador/a: Nos acercamos inevitablemente al final de nuestra aventura y esto conlleva una separación que después de varias semanas... duele. Y es que...¡es tanto lo vivido juntos! Pero no caigamos en la tentación de hoy: el masoquismo y el victimismo. Y es que, por un lado, aún nos quedan dos islas que visitar. Y, por otro, es necesario decir "adiós" para poder dar la "bienvenida" a nuevas fases de crecimiento.

La isla de hoy se denomina "pobrecita". Y es que en esta isla los habitantes comienzan sus frases por esta palabra - o una derivada- y con un suspiro o interjección:

¡Ay! ¡Pobre mujer, con lo que ha tenido que lidiar! 
¡Uff! ¡Pobre hombre! Mejor no hubiera nacido.
¡Madre mía! ¡Pobrecita la niña de la Josefa que...!
¡Dios mío! ¿Por qué a mí? ¡Pobre miserable que estoy hecho!

Quizás te preguntes cómo es posible que después de tantos años no hayan resuelto sus problemas. La respuesta es sencilla: porque su verdadero problema es que se han quedado acomodados en su problemática, de tal modo que necesitan tener problemas para sobrevivir y sentirse a gusto. Su visión del mundo es problemática pero están muy felices de tener algo de qué quejarse. Están deseando contarte lo mucho que sufren y los grandes problemas, preocupaciones e inquietudes que les asolan. Vamos, que son "vampiros emocionales" que chupan la vida, la energía, la sangre de aquellos ambientes en los que se encuentran.

Y me temo que en nuestra querida Iglesia también hay mucho vampiro y vampira sueltos. Una cosa es que Jesús fuera víctima inocente y otra cosa es que no nos hayamos enterado de que ha resucitado. De tal manera, que vayamos por la vida como si fuera Viernes o Sábado de Dolores continuamente. La Liturgia tiene un centro y ninguna celebración puede obviarlo: Jesús es el Señor, es el Crucificado Resucitado.

Un cierto trastorno paranoide se podría diagnosticar a algunas comunidades eclesiales que se sienten perseguidos por todos los poderes de la sociedad: políticos, económicos, feminismos extremos LGTBIQ+, de otros grupos religiosos, ecológicos, cine, ciencia... Y, además, añaden la falta de vocaciones y las dificultades de no sé qué y no sé cuánto.

Y es cierto. Pero también es cierto que las dificultades se pueden vivir desde el lado oscuro o desde la luz, desde la oscuridad del Viernes de Dolores o desde el Domingo de Resurrección. Pero, como te decía antes, el gran problema es que muchas personas y, en este caso, muchos cristianos viven de la queja continua, de lo mal que va todo y de la oscuridad del mundo. Y si alguna vez llegan buenas noticias, las destruyen con frases como: "Eso habría que verlo", "Seguro que hay gato encerrado", "Verlo para creerlo"... Vamos, que ni comen ni dejan comer.

Así que, querido "Explorador/a 20", en esta isla 19 vas a pasar una de las mayores pruebas: ¿serás capaz de atravesar la isla "Pobrecita" sin desesperar? No es fácil porque muchos vampiros te esperan. Pero si te agarras a la alegría del Resucitado, lo conseguirás. 
Ánimo y... Euntes  Antonio Explorer

A continuación tienes varios textos de Etty Hillesum (joven judía asesinada en Auschwitz) que rompió con la tendencia al victimismo.

a) "Sé que aquellos que odian tienen una buena razón para hacerlo, pero ¿por qué deberíamos elegir siempre el camino más fácil? He intuido casi forzosamente que cada átomo de odio que añadamos al mundo lo convierte en un lugar más inhóspito aún... La tierra llegará a ser más habitable solo a través del amor que el judío Pablo describe a los ciudadanos de Corinto en el capítulo 13 de su primera carta" (Carta 23. Final de diciembre de 1942, a dos hermanas en La Haya).

b) "La gente no quiere admitirlo, pero a partir de un momento dado no se puede hacer nada excepto ′ser' y ′aceptar'. El proceso de aceptación, en mi caso, ya comenzó hace mucho tiempo (...) Mi madre y Mischa no se resignan, pretenden mover cielo y tierra... No puedo hacer nada... solo puedo asumir la realidad y sufrir. Esa es la base de mi fuerza, y no es poca la que tengo (...)

Cada cual ha de ser capaz de arrastrar su propio destino. Eso es aquí desesperante: muchos, incapaces de aceptar su suerte, cargan sus sufrimientos en las espaldas ajenas. Y son esos lastres de los otros los que te hacen sucumbir y no los propios. Yo me veo obligada a aceptar mi carga, no la de mis padres" (Carta 52. 10-VII-1943, a María Tuinzing).

c) "Corren malos tiempos, Dios mío. Esta noche me ocurrió algo por primera vez: estaba desvelada, con los ojos ardientes en la oscuridad, y veía imágenes del sufrimiento humano. Dios, te prometo una cosa: no haré que mis preocupaciones por el futuro pesen como un lastre en el día de hoy, aunque para eso se necesite cierta práctica (...) Te ayudaré, Dios mío, para que no me abandones, pero no puedo asegurarte nada por anticipado. Solo una cosa es para mí cada vez más evidente: que tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte a ti, y así nos ayudaremos a nosotros mismos (12 de julio de 1942).

d) Creo en Dios y creo en el ser humano, y poco a poco me atrevo a decirlo sinceramente, sin fal sa modestia. La vida es difícil, pero eso no es grave. Hay que empezar tomándose en serio su seriedad y lo demás ya llegará. Y "trabajar en sí mismo" no tiene nada de individualismo enfermizo. Y una paz solo podrá ser verdadera, si antes cada individuo encuentra la paz en su interior y erradica y supera el odio contra sus semejantes, sea cual sea su raza o pueblo, y lo cambia por algo que ya no sea odio, y quizás a la larga se convierta en amor, ¿O tal vez sea pedir demasiado? Sin embargo, es la única solución (20 de junio de 1942).

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