Estimad@ explorador/a:

¿Qué tal ayer en la isla del YinYang? ¿Conseguiste hallar ese equilibrio del corazón pensante o de la razón sentiente? Ojalá que sí. Y es que somos razón, inteligencia, entendimiento, pensamiento..., pero también corazón, emoción, sentimiento. Y una vez que esto ya lo tenemos más o menos claro, también sería bueno no caer en la tentación de la próxima isla: creer que todo se consigue a base de puños, voluntad y "ordeno y mando".

De hecho, el nombre de la isla ya lo dice todo. Kratos es la personificación masculina de la fuerza y del poder. Esta figura mitológica formaba parte del séquito de Zeus. Participó en la lucha contra los gigantes, contra los titanes y ayudó a encadenar y cegar a Prometeo cuando este fue sorprendido robando el fuego de los dioses para entregarlo a los hombres. Por eso tampoco es de extrañar que esté presente en el videojuego "God of War" (Dios de la Guerra).

La pregunta que entonces te puedes hacer es: ¿acaso no dice el credo cristiano que cree en un Dios que es "todopoderoso"? Por tanto, el poder debe ser una característica buena. Y así es: es la capacidad de hacer cosas. De hecho, todos tenemos un grado de poder que es, por eso mismo, una responsabilidad. De hecho, no somos responsables de aquellas cosas que no podemos hacer. ¿Entonces? ¿Por qué es una tentación? Porque el poder da una satisfacción bonita de controlar la situación y gestionar recursos materiales y... ¡también personales y humanos! Y la tentación de querer aprovecharse de esa situación para beneficio propio en vez de para servicio hacia los demás. En definitiva, la tentación está en emplear mal el poder y el estatus que se nos ha concedido. Y la cuestión es... ¿qué haces con tu coeficiente de poder? Dios lo tuvo claro: amar. Por eso, Dios es todopoderoso y todoamoroso. Más que nada porque posiblemente el amor sea la fuerza más potente que exista.

Y estas preguntas y reflexiones las tendrás que ir madurando en la isla Kratos a nivel personal. Sin embargo, ¡qué bien vendría que a nivel eclesial también las respondiéramos!

El poder de la comunidad eclesial que procede del Resucitado y que es muy potente porque puede llegar a marcar la conciencia de las personas... ¿para qué es empleado? El poder económico de la Iglesia, ¿a qué y a quiénes va destinado? Los recursos humanos de los creyentes, ¿dónde van dirigidos? ¿Y el de las congregaciones? ¿Y el poder del laicado? ¿Y el de los jóvenes?

La respuesta es sencilla: "por sus frutos los conocerán".

Y yo que vivo en el Vaticano... ¡ufff! Es una cuestión que me suelo hacer mucho. Hasta el punto de que a veces le digo a algún cardenal: "Este punto será muy importante para la Iglesia, pero si no inviertes en él oración, personas, dinero y tiempo, permíteme no creerte". Y es que la oración es poderosa, las personas formadas también, el dinero posibilita los recursos y el tiempo es la condición histórica imprescindible para que algo sea.

Pues nada, ahora te toca montarte en la barca del Sr. Celemín. En el espacio de su barca el Sr. Celemín es el jefe absoluto y él emplea dicho poder para llevarte hasta la nueva isla. Para servir es necesario el poder... así es. Mucho ánimo y... Euntes - Antonio Explorer

Propuesta orante

Paso 1.Busca un lugar tranquilo y ejerce tu PODER DE REFLEXIONAR, tómate tu tiempo para pensar y en un papel trata de escribir lo que primero se te venga a la mente, lo primero: ¿Qué es para ti el PODER? ¿Es bueno o malo?

Paso 2. Lectura del evangelio (Mc 10,42-45)

"Jesús los llamó y les dijo: «Saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de los demás; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Paso 3. Reflexión

A Cristo no le es indiferente la dominación y los poderosos; se refiere a ella como mala y a ellos como "dueños". Pero inmediatamente nos hace pensar en una buena versión del "poderoso"; aquel que se hace servidor.

Reflexionemos sobre la palabra PODER. Es sustantivo, pero es también verbo y como tal significa lo que una persona es capaz de hacer; como cuando un pequeño dice a su padre: "yo puedo, yo puedo" es porque se siente capaz.

Hay roles que nos sitúan en la posición de "poder", de "ser capaces"; por ejemplo, un padre tiene la capacidad de aconsejar a su hijo y si es su poder, ¿no es verdad que también es su responsabilidad? Por eso, el poder que actúa para el bien se hace servicio para el otro y responsable del otro. ¿Soy consciente de mis capacidades y las ofrezco para el bien, o las escatimo y no me hago responsable? ¿quién o quiénes requieren de mi esa capacidad?

En este sentido nos ayuda mucho entender que el poder que no se convierte en servicio es lo contrario a la virtud de la humildad. Santa Teresa nos dice que "la humildad es andar en verdad". Se refiere a estar en la verdad de nuestra vida, e nuestro rol, de nuestras elecciones, de nuestros vínculos. Ejercerlas en verdad. En otras palabras, el poder mal ejercido desubica, se adueña; se aleja de LA VERDAD, que es Cristo. El poder bien ejercido, ama. ¿Qué rol de los que hoy tengo en mi vida carece de humildad y lo contamino con "hacerme dueño"? ¿Quién o qué circunstancia en mi vida se están adueñando de mí?

Todas las personas de algún u otro modo, por nuestras capacidades y roles tenemos poder sobre otras personas o circunstancias; deberíamos entonces preguntarnos cristianamente y con frecuencia si lo que hacemos concuerda con EL SERVICIO al que nos llama el Señor o si esas circunstancias poderosas nos están oprimiendo.

Paso 4. Canción final

Servir es reinar: